Psicoanálisis y Comunidad / Secretaria: Isabel Mansione
APdeBA desde su misión de atender a la comunidad en sus necesidades y cambios epocales, en esa apertura a diferentes ámbitos, ha construido un lugar para migraciones porque la migración no se detendrá nunca y porque los procesos subjetivos e intersubjetivos necesitan de una comprensión situada.
Por ese motivo sus miembros hemos diseñado diferentes canales de atención y comprensión, de estudio, prácticas en territorio e investigación.
El migrante necesita espacios donde compartir experiencias sin sentirse dolorosamente expuesto, así como compartir las vicisitudes de aportar cultura a la cultura, trabajo al trabajo, trama social a la trama social.
Nuestro país agradece a los migrantes el aporte que han hecho al desarrollo económico y a la función enriquecedora de la interculturalidad.
Frente a las barreras idiomáticas y sociales los recién llegados suelen reunirse y ayudarse para la integración, sortear prejuicios y sentirse humanizados en redes que están lejos de los lugares de gestión para ingresar al país.
Algo de historización de nuestros trabajos
APdeBA desde su misión se ha propuesto ayudar al sostén de la subjetividad del migrante, una subjetividad en tránsito en el contexto de arribo a nuestro país, desde conocimientos devenidos de las voces de los propios actores, tanto como de estudios y reflexiones sobre ensayos e investigaciones de autores varios.
Contamos con investigaciones propias y los análisis de los discursos. Pudieron identificarse algunas recurrencias que pasaremos a enumerar:
1.- la importancia de la pertenencia o inclusión a un grupo como organizador de la vida psíquica y social en el nuevo contexto.
2.- el sujeto se reconstruye en las conversaciones y comunicaciones que mantiene con los que lo acompañan, en un principio es el personaje y al mismo tiempo el narrador, a veces héroe, para enfrentar el cambio de país y con ello algunas variaciones identitarias que van sucediéndose en función del idioma, costumbres, tradiciones, así como el impacto de nuevas vivencias, de creación de nuevos recuerdos.
3.- Durante el proceso migratorio que comienza con la idea y el deseo de trasladarse de país, el sujeto se acompaña de productos simbólicos y concretos: objetos, sueños soñados por otros o mandatos sociales, en medio del choque/encuentro cultural que se despliega.
4.- En ocasiones aparece en el sujeto lo que podríamos llamar una memoria congelada, que pone en evidencia parte del dolor que no termina, puede ocurrir que con el paso del tiempo se constituya una desmemoria respecto de los sucesos socio-históricos condicionantes de la migración.
5.- La nueva institución de pertenencia puede contribuir a la construcción de un proyecto de vida y de esa forma se instala una bisagra con el nuevo país.
6.- El o los grupos a los que se incluya le darán sentido de pertenencia al migrante en el contexto híbrido entre mantener la identidad primigenia y sentirse reconocido en el nuevo lugar.
7.- La ponderación de un aspecto de la historia personal y social por sobre otros, puede haber sido útil defensivamente para la subjetividad en su momento a través de procesos como: olvidar, silenciar, resguardar, ocultar, destacar, para no perjudicar la imagen que se necesita conservar de la patria de origen, y con ello de la identidad del self (Cuesta Bustillo, 2008) (Nora, 2006) (Giddens, 1995).
Quien decide migrar (profesional o jefe/a de familia, persona inmersa en una sociedad cuya ideología limita sus expectativas o propósitos) puede que sea el ejecutor de decisiones que fueron tomadas por otros (la familia, el Estado, etc.) ya que las instituciones preceden a las personas y las piensan antes que ellas piensen a las instituciones (Kaës, 2002).
Los datos que no fueron tramitados por el pensamiento y el lenguaje pueden encriptarse y reaparecer en generaciones siguientes buscando un significado. Esos datos presionan y pujan por salir y podemos pensarlos reprimidos en una memoria colectiva y selectiva (Nora, 2006).
Entendemos que parte de esa memoria es “volver”, y como dice uno de los investigadores del equipo “siempre se vuelve y nunca se vuelve”. Dialéctica inevitable pues no pueden mantener detenidos ni el lugar ni las relaciones sociales y el sujeto debe arreglarse con estas cuestiones, en el lugar y rol que desempeñe.
Cuando mencionamos la desmemoria o congelar la memoria hablamos de estrategias que silencian procesos psíquicos y sociales. Surgen así algunos interrogantes: ¿el equipo de contención debe intervenir en estos temas? ¿Qué impacto tienen esos temas en el desarrollo laboral, familiar, social?, entre otros.
El exiliado y el migrante despliegan estrategias de supervivencia para poder sobrevivir en identidad y transitar la vida personal y profesional, muestra clara de la desterritorialización, un signo de nuestro tiempo (Bauman, 2004).
Puede que busquen ocupar una posición destacada desde la cual logren el respeto y el reconocimiento de los otros. O bien algunos intenten invisibilizarse para mantener cierto silencio defensivo por temor a las críticas y a la no aceptación en el contexto de arribo.
Si esta temática de los migrantes y su subjetividad en tránsito se toma en cuenta en las instituciones psicoanalíticas, surgirá el desafío de trabajar desde la perspectiva de los Derechos Humanos y el de convertirse en un adecuado intérprete de esa subjetividad, tomando en cuenta que hay un nuevo sujeto.
Comisión
Representantes del Equipo de formación para los que acompañan a migrantes, desde el tercer sector: Diana Zac y Liliana Ferrero.
Representantes del Grupo de acompañamiento a migrantes que funcionan semanalmente: Isabel Mansione, Marta Viola y Santiago Carballo.
Representantes del Centro Liberman: Daniel Tosso y Comisión. / Atención a pacientes a través de acuerdos con OIM de la ONU. Capacitación a colegas migrantes. / Representantes del Grupo Te escuchamos: Beatriz Corti.
Representantes de talleres/cursos para padres de hijos migrantes y para jóvenes migrantes: Liliana Ferrero y Diana Zac.
Representantes del Área de Migraciones: Marta Lewin y Clara London